
No podrán separarse el uno del otro, pero tampoco van a poder acercarse
Contra este pecado no hay más virtud que algo aparentemente tan fácil como ser tal como como uno es, y ponerse en los propios zapatos. No poder ser tal como como uno es, es un pecado muy, muy penoso. Ni tanto, ni tan poco, nada más y nada menos, ni mejor ni peor.